miércoles, 31 de octubre de 2012

50.- Rumbo a la Gloria



Un Rey de un país lejano
mando construir dos naves
en quienes seres humanos
cruzarían grandes mares.

A una la llamó JUSTICIA
y le implantó una ley cara:
“todo daño o injusticia,
su causante reparará”.

En la otra MISERICORDIA
fue el nombre de su elección
pues su ley sería: “concordia,
perdón y cooperación”.

Y llamando a los viajeros
para optar en decisión,
los más “fuertes” eligieron
la JUSTICIA y no el PERDON.

A mitad de la travesía
en la JUSTICIA ocurrió,
que con mucha algarabía
una fiesta celebró.

Dos pasajeros bebidos
tuvieron una rencilla,
y en la lucha inadvertidos
agujerearon la quilla.

Mas como estaban beodos
no podrían repararla
y al consultársele a todos
ninguno quiso arreglarla.

El agua comenzó a entrar
y los “justos” pretendieron,
que la habrían de reparar
los mismos que la rompieron.

Se comenzó un tribunal
que en “su justicia” dictara,
quien sería el racional
que aquel daño reparara.

Después de mucha fatiga
no lograron concordar,
y tal vez el juicio hoy siga…
en lo profundo del mar.

Moraleja de esta historia:
“después de aquella discordia,
en el Puerto de la Gloria
sólo entró MISERICORDIA”.

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