Hay una cosa que me dicta el corazón;
que aunque una empresa se haga con fervor,
lo que no se hace a tiempo y en razón
habrá perdido el porqué de su valor.
¿Es heroico acaso hoy el evento
de cabalgar por los Andes sin razón
o navegar en carabela a “soto venzo”
como lo hicieran San Martin y Colon?
La decisión de virtud fuera de hora,
aunque se logre, será sin esplendor
y cual el fruto no admite gran demora
pues ya mañana habrá perdido su sabor.
Es natural que la prueba se presente
con un riesgo que perciba el cauteloso,
más se debe arriesgar como un valiente
cuando el fruto de conquista es venturoso.
Pero procura sabiamente el observar
que aquello a conquistar lo sea en justicia,
“pues no vale la pena arriesgar…
para cambiar virtud por inmundicia”.
Pues para entrar en la Gloria Celestial
no basta con ser bueno solamente,
es menester luchar contra el mal
y para ello hay que también ser un valiente.
Mas Dios previno a sus hijos queridos,
que aunque la lucha parezca desigual,
no temieran, pues sólo serían vencidos
si entregaban sus almas al rival.
Quien no confía en el Señor y la virtud
son más fuertes que el mal y el tentador,
será intimado a dejar la rectitud
y hará su pacto con el devorador.
Mas para el Rey de amor y de bondad
todo está descubierto ante su vista,
sólo quiere que aprendamos la verdad:
que no hay gozo ni gloria sin conquista”.
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