jueves, 9 de agosto de 2012

Prólogo


Cuando el tiempo y las distancias son acortadas cada vez más por el ingenio y la capacidad del hombre, este todavía no ha logrado encontrarse a sí mismo y ya son pocos los que luchan por ello; pues asombrados por la CIENCIA y sus conquistas, se deslumbran ignorando, (o despreciando), lo sagrado y lo artístico. Este libro pretende demostrar con sencillez, que las tres aspiraciones básicas del sentir humano, a saber ARTE, CIENCIA y RELIGION, no se contradicen ni se cruzan, sino que tienden cada vez más a estrechar su paralelismo y en poco tiempo convergerán en el punto esencial que demuestra la razón y el porque de todas las cosas; derrumbando el enigma que tanto ha preocupado al hombre.
            Tal vez porque ya “no hay tiempo de hacer muchos libros”, pues el tecnicismo en la supremacía de su evolución, lo ha acaparado para sí, sin dejar lugar para leer “el sermón del monte” por ello es que surge EL AGUIJON con una expresión simple, armónica y concentrada, para señalar la trayectoria humana, sus miserias y sus glorias; su origen y su destino.
            La metáfora usada es sencilla, pero encierra grandes conceptos filosóficos que de ser aplicados, beneficiaran la vida del que los lea. Para descubrirlos, sólo basta el pequeño esfuerzo de una sana meditación, capaz de juzgarla libremente; sin sectarismo ni predisposiciones mezquinas.
            Si hay alguno en el cual este libro pueda despertar noble deseo de encontrarse a sí mismo y presentir la razón de su existencia, para él se ha escrito; y cada vez que sea leído “descubrirá algo nuevo” que en realidad es “tan viejo como el mundo” sólo que estaba escondido.

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