Había una vez un granjero acaudalado
que al ver sus campos y grandes extensiones
decidió criar algún ganado…
para poblar sus largas posesiones.
Mas a pesar de haber pastos en hartura
los animales comenzaron a pelear,
y dividiéndose en partes la llanura
sus “propiedades” comenzaron a alambrar.
Y cada uno tomando posesión
de alguna parte con actitud osada,
escribió en un trozo del cartón…
el “legal” titulo de “Propiedad Privada”.
Luego de un tiempo se pudo observar…
que sólo los “cerdos” quedaban propietarios,
mientras que hacían a las ovejas trabajar
cobrándoles intereses tributarios.
Cuando El Granjero regreso, luego de un tiempo,
y observó su territorio dividido,
queriendo entrar para indagar sobre el evento
leyó el cartel: “Entrar está Prohibido”.
Enardecido derribó todo alambrado
reprendiendo a su ganado de egoísmo,
y perdonando a los humildes el pecado,
echó a los “cerdos” al fondo del abismo.
Así también como en esta moraleja
cuando vuelva El Señor de su morada
rescatará del “yugo” a sus ovejas…
y dará a los “cerdos” su “Propiedad Privada”
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