Cuántas veces en mi vida he escuchado,
el reproche hecho a un “débil” por un “fuerte”.
“Es por falta de fe que has fracasado,
en tus intentos por conquistar la suerte”.
y he visto a aquellos seres cual tutores,
que pretenden serlo del ajeno,
ir aplicando esa “fe” a mil factores
como el azar, la medicina y el veneno.
¿Es esto Fe? –me pregunté turbado-
Si es así -¿Quién es que la dirige?
Que otorga premios al ambicioso afortunado
quien pide suerte sin justicia al que la rige.
Grito furiosa entonces mi conciencia,
como si alguien dentro mio contestara:
“deja correr el tiempo y ten paciencia
y verás que esa fe esta mal fundada”.
Es pues la fe que ha de mover montañas,
la que se alcanza en justicia y no en antojo:
ningún infiel pretenderá lograr la hazaña…
de cruzar como Moisés cruzó el Mar Rojo.
Si es pues la fe todo lo que esperamos,
según nuestra elección, será su vida;
si en ídolos o en hombres las confiamos,
cuando estos caigan nuestra fe es perdida.
Para mí, FE es saber que Jesús vive,
es esperar la justicia con paciencia;
y este saber lo da Dios a quien lo pide
lo demás… no es FE, sólo es creencia.
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