Cuán difícil es juzgar certeramente,
la actitud más loable en las criaturas,
lo que parece ser tan bueno en el presente
al tiempo brota cual semilla de amargura.
Puede observarse con dramática sorpresa,
que hay padres torpes y ambiciosos gobernantes,
que haciéndose indispensable en su grandeza,
niegan y atrofian el progreso a semejantes.
Así se puede comprender el cruel proceso,
que el dictador deja en tristes experiencias,
pues si bien se logra un material progreso…
es al precio de anular las conciencias.
Falsa grandeza de aquel con gran renombre,
quien no es capaz de enseñar sus facultades;
pues nadie logra alcanzar ser un gran hombre…
si no respeta y capacita a voluntades.
No es noble quien ostente tal bondad,
que la concentre para sí cual mercancía,
negando a otros el vivir con DIGNIDAD,
por retener un pedestal de idolatría.
Realmente grande es aquel sin egoísmo,
que enseñando a quien tiene en derredor,
hace que aprenda a alumbrarse por sí mismo
y no que siempre vivan bajo su esplendor.
Se puede pues observar con sano juicio,
a toda obra de aquel que va a juzgarse,
qué importa más que el presente beneficio…
el fruto que éste deja retirarse.
Por eso el tiempo en justicia se cobra
el testimonio del hombre en su memoria,
manifestando el real intento de su obra…
al mostrar sus frutos en la historia.
Bendice pues a quien te impulse a caminar,
para que aprendas a andar sin él un día,
y no a aquel que te quiera gobernar…
subyugado a su eterna tiranía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario