Permitidme que os cuente lo que he visto
sin pretender ser sabio ni profeta,
no agregaré nada a lo que dijo Cristo,
mas lo diré en lenguaje de poeta.
Pude ver que hay un veneno que ha causado
más mortalidad que una atómica explosión,
y que mantiene a los pueblos atontados,
es la doctrina de una falsa “tradición”.
Otra cosa que vi, bajo el cielo,
es una falsa apariencia de piedad,
que a las conciencias cubre con un velo,
ocultando la justicia y la verdad.
También vi, que la ley que es baranda,
del puente de moral transitamos,
en vez de usarla como Dios lo manda,
muchos la cruzan para que caigamos.
Además pude ver que son muy pocos
los espíritus libres que se elevan,
los que no actúan obrando como locos
se dejan arrastrar donde los llevan.
También tuve yo por observado,
que para hacer daño a un semejante,
no es necesario que el hombre sea malvado
basta pues, que sea necio o ignorante.
Luego vi que la verdad es muy molesta,
pues lo mejor para el mundo es vanidad;
y que la integridad sólo se manifiesta
si fiel se sigue ante la adversidad.
Por fin vi, y lo diré con gran firmeza
sin pretensiones proféticas ni alardes,
que en la puerta del Cielo un lema reza:
“No apto para infieles ni cobardes”.
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